Sobre los Sistemas Politicos en el Mundo Moderno






Los regímenes autoritarios y totalitarios. Dictaduras civiles y militares. Los regímenes populistas. Los regímenes no democráticos se expresan con un ejercicio del poder de forma monopolista, sin límites ni control, por una persona o grupo de personas.


Perspectiva histórica del concepto:

La primera referencia histórica a la dictadura es la Dictadura romana, que se caracterizaba por transcurrir en períodos excepcionales (guerras, desórdenes públicos), y por estar sometida a plazo, tras el cual el dictador tenía que rendir cuentas. Sin embargo, durante la delegación éste tiene plena discrecionalidad.


El Estado Absoluto, la Monarquía Absoluta, es el siguiente ejemplo en la historia. El poder es ejercido sin quedar sometido a la ley o a ninguna otra norma (absolutus=desligado de la norma [¿?]). El poder está en manos del monarca en virtud de un principio dinástico, que es lo que le otorga legitimidad, lo que se convierte en el derecho subjetivo del monarca a ocupar el poder (en contraposición a las dictaduras auténticas, en las que el dictador o dictadores carece por completo de legitimidad [¿?]).

Karl SCHMITT, que observa dos modelos de dictaduras:



  • Dictadura comisarial: vinculada al modelo romano. Implica la suspensión del orden constitucional vigente para garantizarlo. La dictadura es por un período limitado, por razones excepcionales. Aquí estaría comprendido el estado de excepción recogido en la actual Constitución de 1978.
  • Dictadura soberana: el ejecutivo apela a un nuevo orden, reclama el poder constituyente, la capacidad de crear un nuevo orden (que puede tener un carácter reaccionario o revolucionario).
  • Frank NEUMANN: elabora su teoría sobre las dictaduras sobre las nuevas experiencias del nazismo y el estalinismo, que coloca en el mismo nivel. alude a la existencia de tres tipos de dictaduras:

  • Dictadura simple: un individuo o grupo ejerce el poder de forma absoluta o sin control a través de los medios tradicionales de coacción del Estado: el ejército, la policía, la burocracia y la administración de justicia. La población no tiene ningún tipo de interés por la actividad política, no hay participación ni conciencia política.
  • Dictadura cesarista, según el ejemplo de Napoleón III. Se trata de una dictadura personal, que para la toma del poder y su ejercicio se apoya en la población. Aparece cuando hay que articular políticamente a las masas, pero la división y el conflicto social no hacen posible un gobierno democrático [¡justificación!]. Este modelo recibe los nombres de populismo, bonapartismo y cesarismo. La intervención de la masa, no articulada e inconsciente, es utilizada por el líder para apoyarse.
  • Dictadura totalitaria. Implica un control de la educación, de los medios de comunicación y de la vida privada de los individuos. Los 5 rasgos típicos de las dictaduras totalitarias son:


Sustitución del Estado de Derecho por un Estado-policía. No es apreciable el imperio de la ley, y la discrecionalidad del poder llega a cotas máximas. Los derechos del individuo ya no son valores absolutos. Hay una presunción en favor del poder del Estado y sus agentes (legitimación de los agentes estatales para intervenir en la vida de los individuos).

No hay difusión del poder, en contraposición a las características democráticas de multipartidismo, división del poder y federalismo. El poder está centralizado, y situado en la cúspide de una estructura jerárquica. La voluntad del dictador siempre se impone sobre la de cualquier asamblea representativa que pueda existir.

Existe un partido único a nivel estatal, que ostenta el monopolio de la representación. Este partido es un instrumento con una doble función: el control de la sociedad y del Estado. En los regímenes comunistas, el partido único actúa como una correa de transmisión. El partido actúa organizando y movilizando la sociedad de masas.

Integración de Estado y sociedad: la sociedad está totalmente intervenida por el poder político, a través de: un ejercicio carismático del poder (caudillaje en España); la existencia de unas organizaciones sociales controladas y al servicio del poder (por ejemplo, sindicatos verticales); la estructuración jerárquica y graduada de las élites y gobernantes; y la atomización y aislamiento de los individuos, a través de la destrucción o reducción de los vínculos naturales de las unidades sociales (la familia, la religión, la tradición, la cooperación en el trabajo, etc.): este aislamiento facilita la manipulación de los individuos.


La utilización de la propaganda, que sirve para sustituir los valores culturales previamente existentes.

La utilización del terror y la violencia como amenaza constante contra los individuos.

Tras los años 60 desaparecen ciertas dictaduras totalitarias, el fascismo y el nazismo, y el estalinismo; y en los países del Tercer Mundoaparecen formas de organización peculiares, no plenamente democráticas. Todo ello conduce a una reformulación analítica y teórica del estudio de los regímenes no democráticos.


Juan José LINZ. Utiliza como objeto de su estudio al régimen franquista, pero alcanza trascendencia internacional. Linz enuncia el concepto de régimen autoritario, en contraposición al régimen totalitario; las dimensiones características del régimen autoritario son:



  • Existencia de un pluralismo limitado y no responsable, en contraposición al poder centralizado de los totalitarismos.
  • Existen grupos activos políticamente, como el ejército, la iglesia, las organizaciones empresariales, no responsables, porque no están sujetos a elecciones competitivas. Este conjunto de actores se constituye en una coalición dominante, en la que se da una alianza o pacto que permite la estabilidad del régimen.
  • Mentalidad frente a ideología: en los regímenes autoritarios hay una mentalidad generalizada que sirve para justificar y sostener el régimen. En los regímenes totalitarios existe una actitud intelectual que tiene como base unos valores generales ambiguos sobre los que hay un acuerdo entre los actores; estos valores son la nación, el orden, la autoridad, etc. [ATENCIÓN: ¿no están cambiadas estas categorías? ¿no será la mentalidad en los totalitarios y la ideología en los autoritarios?]
  • Ausencia de movilización política a causa de la despolitización de las masas. La sociedad se sitúa fuera de la actividad política, con el mínimo nivel de participación y controlada desde arriba. En los totalitarismos, sin embargo, se produce una movilización constante de la población, gracias a la manipulación ideológica de las masas.
  • El poder está en manos de un líder o grupo reducido; y si existe un partido único no está bien organizado ni monopoliza el acceso al poder, y no tiene una entidad ideológica.
  • Existen unos límites formales al poder, predecibles, pero mal definidos. Estos límites son unas normas y procedimientos de actuación, a los que el régimen se somete, pero los cuales pueden ser cambiados en cualquier momento a voluntad del líder. En los regímenes democráticos, sin embargo, toda acción estatal es juridificable (imperio de la ley).
  • Así, durante el franquismo, el régimen administrativo procedimental se constituía en un límite al poder; pero podía ser cambiado en cualquier momento por Franco.



Dictaduras militares.

Son la expresión de la intervención de las Fuerzas Armadas de un país en la política del mismo. El fenómeno más típico relacionado con este modelo es el del Golpe de Estado, sobre todo en África y Asia tras la descolonización, e, históricamente, en América Latina.

Hay que matizar el concepto de intervención militar: en los regímenes democráticos es aceptable la influencia, y cierta presión, de las Fuerzas Armadas. El límite se sitúa en el momento en el que esta presión tiene capacidad para modificar un gobierno civil.  También es posible que la dictadura militar no sea visible, cuando la intervención militar es indirecta y mantiene un gobierno civil al que manejaen la sombra.

Así es posible elaborar, en contraposición al concepto anterior, el de Régimen Militar Directo (llamado pretorianismo por HUNTINGTON). Suelen establecerse tras un Golpe de Estado (en general, tras un derribo violento del gobierno). Se caracteriza por la ventaja de las Fuerzas Armadas con respecto al resto de los grupos sociales, dado que es una organización muy bien estructurada, basada en la disciplina y en la jerarquía, en el espíritu de cuerpo, y que además posee la fuerza de las armas.

Estos regímenes se dan en sociedades pobres y poco estructuradas, carentes de organizaciones como empresas, iglesias, partidos políticos, etc. En sociedades con una cultura política participativa, con organizaciones y asociaciones diversas, es más difícil la intervención militar, porque encontraría resistencia (lo que en ocasiones ha dado lugar a una guerra civil).

El régimen militar no se sustenta en la movilización de las masas, y tampoco acepta la creación de partidos políticos, parlamentos o asociaciones intermedias. Se autojustifican a través de valores como el interés nacional, la seguridad, la lucha contra el despilfarro, la justicia, la corrupción, etc.

También es posible encontrar la existencia de Dictaduras Cívico-Militares, que son la expresión de la alianza entre militares y burócratas civiles, políticos profesionales y representantes de la burguesía.

Guillermo O'DONNELL elabora el concepto de Dictaduras Burocrático-Autoritarias, para caracterizarlas a las América Latina, en especial a las del Cono Sur en la década de los 70. Son dictaduras que cuentan con el apoyo de la oligarquía, que tienen un carácter burgués y transnacional, porque suponen la intervención del capital extranjero en la economía nacional [¿?]. Carecen de movilización política de las masas.


Regímenes autoritarios populistas.

El Peronismo es el ejemplo más destacado. Se basan en la existencia de un líder carismático directamente relacionado con las masas no organizadas; en especial, con las masas urbanas de reciente inmigración, a las que falta una conciencia política participativa, [y las cuales han perdido sus valores previos y se encuentran en una situación de desarraigo colectivo]. Este líder moviliza a las masas, lo que impulsa la participación activa de las mismas; pero, en todo caso, se trata de una movilización dirigida, desde arriba.

Este tipo de regímenes se apoya en una ideología no muy bien articulada y difusa, que pone el acento en la justicia, la moralidad, la relación directa del líder con la masa, el progreso, la industrialización, etc. Otros conceptos asociados con el de populismo son el de cesarismo y el de bonapartismo. Los regímenes populistas suelen considerarse como situaciones transitorias.


Regímenes autoritarios nacionalistas.

Son típicos de África, y se crean a partir del proceso de independencia colonial, dirigido por una élite local. Suelen contar con un líder carismático, en ocasiones un héroe durante el proceso de independencia. Las Fuerzas Armadas desempeñan aquí un papel secundario, aceptan el poder civil. Lo más común es que exista un partido único, que acaba convirtiéndose en una maquinaria burocrática y clientelar. Su ideología es ambigua, anticapitalista, el antiimperialista, y orientada hacia el socialismo. Los valores típicos de estos regímenes son la negritud y el panarabismo. Promueven la movilización sobre todo en las primeras etapas del proceso revolucionario. El máximo exponente es Irak.


Los regímenes islamistas: el caso de Irán.

Un régimen islamista no es lo mismo que un Estado Islamista: es éste último la religión oficial es la musulmana (por ejemplo, Irak, Indonesia). En los regímenes islamistas, también la religión oficial es la islámica, pero además el clero ejerce el poder, apoyado en una ideología compleja (la religión islámica), y en dos elementos conceptuales: la UMMA (comunidad de creyentes) y la SHARÍA (el código islámico, un derecho de origen divino).

La estructura partidista está articulada por el clero, y los grupos se componen de afiliados creyentes (en Irán, se agrupan en torno a los Guardianes de la Revolución, una auténtica milicia privada). En estos regímenes se produce una gran movilización de la población, siendo el ejemplo típico también Irán; en 1979 tiene lugar la Revolución que instaura un régimen totalitario, con el Ayatollah Jomeini como líder indiscutible a la cabeza. Los rasgos típicos de los regímenes islámicos se orientaron hacia el totalitarismo en Irán hasta la muerte de Jomeini en 1989, que da paso a un régimen autoritario con rasgos específicos (islámicos).

La muerte de Jomeini se traduce en una institucionalización del poder (creación de un Parlamento, de una jefatura del Gobierno, etc.), en un incremento de la pluralidad en la élite y en el fin de la movilización de la población.


Los regímenes comunistas: el caso de China.

Los regímenes comunistas, en general, son regímenes totalitarios durante su etapa revolucionaria. En todos se produce una posterior reforma, que los convierte en regímenes autoritarios; y, tras la caída de la URSS, se produce su desaparición, a causa de la contradicción existente entre las reformas económicas emprendidas y las dificultades que entrañaba la reforma política.

La transición en la URSS se inicia con la muerte del líder totalitario (Stalin), que no es sustituido. En 1956, con la celebración de XX Congreso del PCUS, se introduce cierta publicidad en el funcionamiento del régimen. Este hecho marca el inicio del proceso de transición. El XI Congreso del Partido Comunista Chino es el suceso paralelo que marca en China el comienzo de su transición. Entonces, se hace cargo del Estado Den Xiaoping, formulador de la Teoría de las 4 Modernizaciones.

Ambos Estados se caracterizan por el paso del totalitarismo, con todas las características señaladas por NEUMANN (poder discrecional del Estado, no pluralismo, partido único, sociedad intervenida, culto a la personalidad del líder, existencia de una ideología oficial ortodoxa, propaganda política, movilización políticas de las masas -Revolución Cultural china, etc.-), al autoritarismo, con los siguientes elementos (según LINZ y MORLINO):



  • Pluralismo limitado: introducido por Jrushev, que inicia una etapa de luchas intestinas por el poder entre las élites burocráticas y el ejército; en China, se aprecia también la existencia de diferentes grupos de poder: el ejército, los grupos más ortodoxos dentro del partido, etc.
  • Reformulación ideológico-económica: se produce una modernización del modo de producción y la introducción de ciertos elementos de mercado.
  • La movilización política de las masas se reduce.


Se acaba con la personalización del poder, aparece un liderazgo colectivo: de la nomenklatura en la URSS, y de la burocracia en general en China. Se produce una institucionalización del poder: la nueva base de relaciones sociales y económicas creadas a partir de la introducción de elementos del mercado provoca la creación de un nuevo marco jurídico que las asegure (sobre todo, de cara a los incipientes inversores extranjeros, que requieren una seguridad jurídica garantizada por el Estado para establecerse en estos países). A partir de esta dinámica, en la que la sociedad genera cada vez más demandas, se produce una crisis, porque el sistema no es capaz de satisfacerlas.



Las democracias 



Es un concepto básico del pensamiento político occidental desde finales del siglo XIX, que se recupera y consolida después de la Segunda Guerra Mundial. Cada paradigma tiene un concepto distinto de democracia: 


  • El paradigma crítico desarrolla un concepto normativo en cuanto a los valores. Es un concepto ideal-teleológico de la democracia, que se entiende como una finalidad, con un carácter emancipatorio; supone la autodeterminación de los seres humanos. 
  • El paradigma positivista trata de delimitar las formas democráticas, las instituciones y procesos para la toma de decisiones de forma democrática. Entiende la democracia como procedimiento. 


Conceptos iniciales de democracia: 


Visión sintética: gobierno representativo y responsable (BIRCH), sujeto a control parlamentario, y al control de las elecciones. 

Visión comprensiva (SCHUMPETER): la democracia es un sistema institucional que tiene la finalidad de tomar decisiones, y en el que los individuos adquieren el poder de decidir por medio de una lucha competitiva, en la que se combate por el voto del pueblo. Hay democracia: cuando los agentes decisores más poderosos se seleccionan en elecciones periódicas; cuando en las elecciones compiten libremente candidatos distintos por los votos; cuando toda la población adulta tiene derecho de voto. Estas características definen un gobierno responsable, representativo, que tiene como base la participación y la competitividad. 

Aspecto formal de la democracia: la democracia está vinculada al Estado de Derecho, a la noción de imperio de la ley (principio de legalidad), a la garantía de los derechos fundamentales, en particular la garantía a los derechos políticos (expresión, asociación, sufragio), y también a que exista una organización donde se represente la voluntad general, que es la fuente de la ley, y a que tenga capacidad de control sobre el eje (división de poderes). También existen otros matices en la caracterización de la democracia: es posible distinguir entre democracia representativa y democracia directa (ambas se basan en la participación popular). 

En la primera noción se inscriben de forma general las democracias actuales: en las sociedades de masas, los ciudadanos sólo pueden participar a través de procedimientos representativos en unas instituciones que contengan-representen la voluntad colectiva. La democracia directa implica la participación de cada ciudadano en la decisión acerca de cuestiones concretas y puntuales. Los sistemas actuales también incluyen formas de democracia directa (referéndums). 

La democracia de masas conduce a la distinción de unas organizaciones específicas que articulan las masas de votantes: aparece el concepto de democracia de partidos, que son los que hacen posible el principio representativo. El Período de Entreguerras supone una crítica radical a la democracia, y de los partidos políticos. En esta época, son concebidos como facciones; no son capaces de articular la democracia, sino que además se dedican a defender determinados intereses propios. 

Sin embargo, la crisis del sistema, la guerra y la posterior victoria aliada, conllevan que los partidos políticos, como instituciones independientes, que han servido para reconducir al terreno democrático a las sociedades europeas, sean entendidos como necesarios y consustanciales para y a la democracia. 

La democracia de hoy es una democracia de partidos, que se convierten en los cauces de representación. Las democracias actuales implican la existencia de más de un partido para que se institucionalice la oposición y surjan alternativas.


Teoría Elitista de la Democracia (que arranca de SCHUMPETER): el principio representativo da lugar a la creación de una clase política, una élite gobernante, que compite por los votos de los ciudadanos. Sin embargo, en los regímenes democráticos, las élites cambian, están en competición y se suceden unas a otras.  Este concepto de élite de poder no tiene nada que ver con el concepto estático de élite de Mosca y Pareto (conciben la sociedad como una masa amorfa, carente de voluntad, y sin capacidad de actuación; así aparece una élite política que la dirige) 

Lo marxistas (MILIBAND, WRIGHT MILLS) critican la Teoría Elitista de la Democracia, afirmando que la sociedad capitalista está dirigida por una clase dominante; aunque se sucedan distintos individuos en el poder (distintas élites), todos pertenecen a la misma clase; no cabe la democracia. 

La actuación de las élites en democracia también es estudiada de forma crítica por Robert MICHELS (1876-1936) en su análisis del partido socialdemócrata alemán SPD. Observa la autoreproducción de la burocracia del partido, lo que le permite elaborar la “Ley de Hierro de la Oligarquía”, que opera en los partidos aparentemente democráticos, y que implica que el grupo dirigente se reproduce a sí mismo continuamente, impidiendo la renovación de las élites, con lo que la democracia no es posible. Por ello es necesario garantizar la democracia interna en las organizaciones partidistas, a través de distintos procedimientos, como elecciones primarias, etc. 




Concepto de pluralismo político, sobre el que se sostiene la democracia. Las sociedades democráticas se fundamentan en una estructura pluralista de grupos e intereses, presidida por una potencial conflictividad; la democracia provee entonces de soluciones al conflicto, a través de cauces institucionalizados (DAHRENDORF). 


Concepto de consenso, Teoría Consensual de PARSONS: la democracia es el sistema político más eficaz, “porque habilita al mayor número de personas en el consenso”. Así aparece la democracia como el gran acuerdo de la ciudadanía. Además, la eficacia otorga una gran legitimidad a los sistemas democráticos. Esta idea (democracia -> legitimidad + eficacia) la enuncia LIPSET. 

Concepción corporativa de la democracia: en las sociedades occidentales democráticas operan grandes corporaciones de intereses, que negocian y establecen acuerdos que son decisiones fundamentales dentro del sistema político, y en torno a las que se articula el mismo. El neocorporativismo se traduce fundamentalmente en pactos sociales entre sindicatos y organizaciones empresariales (grupos de presión). 

Concepto de democracia consociativa o consociacional, que se desarrolla en países como Bélgica, Suiza o España, donde las sociedades están segmentadas a través de cleavages culturales, fracturas religiosas, etc.; en estos países, las élites representantes de los segmentos sociales forman acuerdos que permiten la resolución de conflictos y la toma de decisiones en favor de la ciudadanía De esta forma, de los intereses propios de cada grupo, la democracia es capaz de extraer un proyecto común de convivencia. 



Perspectivas en el estudio de la democracia 




Perspectiva individualista de la democracia: utiliza una metodología individualista, parte de una concepción racionalista del individuo (la variable que se analiza es el comportamiento racional del individuo). Dos autores fundamentales: 

Anthony DOWNS. Toma en consideración a los individuos en cuanto que votantes, y a los partidos políticos en cuanto que oferentes de políticas públicas. La democracia es el mercado en el que los votos les sirven a los individuos para comprar policies (políticas). Downs también elabora el concepto del eje político como índice de radicalización, lo que sirve a los partidos políticos para modular su oferta política para evitar la pérdida de votos a causa de la adopción de posturas extremas. 

Mancur OLSON. Enuncia el principio del efecto free-rider, a partir del análisis de la acción colectiva. Olson aprecia una lógica de la acción colectiva, que se puede trasplantar a otros análisis, por ejemplo al de la caída de los países socialistas (según esta perspectiva, los individuos de estas sociedades no se interesaban en que la organización funcione, no se esfuerzan ni involucran). 

Cuando las democracias surgen, los individuos se asocian y participan, y se produce la institucionalización de las formas de acción colectiva. Pero pasado algún tiempo, cuando la democracia se consolida, el cálculo racional del individuo se invierte, se produce una delegación en las organizaciones, y deja de participar activamente. Así, surgen democracias corporativizadas, en las que las decisiones las toman órganos intermedios (por ejemplo, Austria, Suecia, etc.) 


Las 2 grandes teorías de la perspectiva individualista 


DOWNS: democracia=mercado 

OLSON: institucionalización de las organizaciones colectivas, en las que se delega la participación 


Concepción colectivista o socialista: se descompone en tres ideas principales: 


Idea de la democracia social (socialdemocracia), que implica la extensión de la ciudadanía social, de los derechos sociales. Según los socialdemócratas, existen tres estadios en el desarrollo de la democracia: el primero es el de la democracia política (conquistas: sufragio universal, derechos civiles y políticos), el segundo el de la democracia social (que defiende la existencia de unas condiciones mínimas de vida para todos: educación, sanidad, vivienda digna, etc.) y el tercero el de la democracia económica. 

Idea de democracia económica: implica la no existencia de desigualdad por razones de riqueza, a través de la socialización de los medios de producción. 

Idea de democracia industrial: implica la participación de los trabajadores en las empresas, en los procesos de producción. 

Concepto procedimental de democracia. Parte del análisis de SCHUMPETER. Su máximo exponente es R.DAHL. En este sentido, DAHL afirma que la democracia es un procedimiento que garantiza la propia democracia, para lo que requiere una serie de características: 


  • Libertad para constituir e integrarse en organizaciones 
  • Libertad de expresión 
  • Derecho de voto 
  • Elegibilidad para cargo público (derecho de sufragio pasivo) 
  • Posibilidad entre los líderes políticos de competir por el voto 
  • Fuentes alternativas de información 
  • Elecciones libres y limpias 
  • Las instituciones que elaboran la política de gobierno dependen del voto y de otros signos de preferencia 

Dentro de esta línea, la Freedom House de Nueva York elabora un informe anual sobre la democracia en el mundo, que establece una tipología de regímenes, divididos en países democráticos, parcialmente democráticos y no democráticos (a través de criterios como la alternancia en el poder, existencia de partidos políticos, elecciones periódicas, etc.). Existen distintos regímenes democráticos entre ellos: Régimen parlamentario, régimen presidencial, regímenes semipresidencial y semiparlamentario. El modelo Westminster y el modelo de democracia de consenso. 


Dentro de los regímenes democráticos, es posible establecer varias subtipologías: 

Regímenes parlamentarios: es el modelo europeo típico. El poder ejecutivo está aquí vinculado al poder legislativo, y depende de una mayoría a su favor. Admiten distintas posibilidades: gobierno mayoritario, minoritario o en coalición. 

El régimen parlamentario en Europa sigue un proceso histórico que arranca en la Edad Media, con las cámaras estamentales en las que el monarca progresivamente sus poderes, hasta llegar a las situaciones actuales, en las que el Presidente o Rey desempeña más un rol formal que un poder efectivo. 

Regímenes presidenciales: el Presidente (poder ejecutivo) dirige el gobierno, y es elegido de forma directa e independiente de las Cámaras legislativas. Éstas tienen como función aprobar las leyes (competencia legislativa), y además son los entes representantes de la voluntad general. Existe una cooperación entre ambos poderes en la toma de decisiones. Se inspira en la monarquía constitucional británica, que ya era una monarquía limitada a finales del siglo XVIII. El presidente es autónomo del parlamento, a semejanza del rey inglés. 

El mejor ejemplo de este modelo es Estados Unidos, donde, tras alcanzarse la independencia, la situación no evoluciona, manteniéndose un poder ejecutivo con unas prerrogativas similares a las del rey; el presidente, elegido democráticamente, no admite a una rebaja de su poder, argumentando la diferente raíz de su legitimación con respecto del rey. 

Regímenes semiparlamentarios. El mejor ejemplo es Israel, en donde el Primer Ministro goza de una legitimidad propia frente al Parlamento, pero debe contar con la mayoría parlamentaria para sacar adelante las leyes. 

Regímenes semipresidenciales. Imperaban en Europa en los años 20 (España, Alemania, Austria...); sobre la base de un régimen parlamentario, el Presidente goza de facultades especiales para nombrar Primer Ministro, nombrar a los miembros del gobierno, o presidir sus reuniones. El gobierno, mientras, sigue siendo responsable ante el Parlamento. El Presidente está dotado de legitimidad propia, en tanto que es elegido de forma autónoma. Este sistema acabó entrando en una crisis institucional, que explica en parte la crisis que en el Período de Entreguerras sufrieron los regímenes democráticos en general (nazismo, etc.) 

El mejor ejemplo de este modelo en la actualidad es el francés (V república, 1962). Sin embargo, el fenómeno de la cohabitación que se da en este sistema demuestra el predominio del elemento parlamentario sobre el presidencial, lo que desvirtúa en parte la inclusión de Francia en este modelo (el Primer Ministro acaba teniendo más importancia que el Presidente). LIJPHARDT establece otra tipología de regímenes democráticos. Divide a éstos en dos modelos: 


Modelo Westminster. Es el caso británico. Se basa en un sistema de representación mayoritario, con una alta concentración de poder: un solo partido tiene la mayoría y controla el gobierno. Así tiene lugar una cierta fusión de poderes (del ejecutivo y el legislativo), con la preminencia del gabinete sobre el legislativo. Suele caracterizarse además por desarrollar un bicameralismo asimétrico. También desarrolla un sistema de partidos bipartidista, y bidimensional (sólo actúa un cleavage en la definición ideológica de los dos partidos fundamentales). 



  • El sistema electoral es mayoritario. 
  • El gobierno está centralizado territorialmente. 
  • La constitución no está escrita. 

Modelo de democracia de consenso: el más representativo es el modelo belga, y en general es el imperante en las democracias continentales europeas. Se suele caracterizar por la existencia de gobiernos en coalición, lo que implica una variada participación de fuerzas en el ejecutivo. La separación de poderes es más estricta que en el caso anterior, siendo el ejecutivo y el legislativo autónomos entre sí. Desarrollan en general un bicameralismo equilibrado. Su sistema de partidos es pluripartidista, y pluridimensional (expresión de la existencia de sociedades segmentadas y enfrentadas en más de un cleavage). Los criterios de representación electoral son proporcionales. Se caracterizan por el federalismo o la descentralización territorial. Sus constituciones están escritas. Los procesos de transición y consolidación democrática. Las transiciones en la Europa del Este. Su análisis consta de dos partes: 


  1. Investigación de si existen unas condiciones previas para la democracia o si esta surge ex novo. 
  2. Parece que siempre existen unas condiciones de partida para el desarrollo de un proceso de transición, las cuales se pueden dividir en cuatro tipos de referentes: 

Referente económico: en los años 60 se relacionan los regímenes democráticos con el grado desarrollo económico de un país (nivel de riqueza económica, nivel de renta, desarrollo industrial y tecnológico, etc.). En la actualidad, el 90% de los regímenes democráticos están insertos en países desarrollados. Sin embargo, no se puede elaborar una regla general: los estados del sudeste asiático gozan de un gran desarrollo económico pero no son regímenes democráticos. 

Así, en la actualidad se afirma que no es tanto el desarrollo económico el que condiciona la aparición de la democracia, como sus consecuencias: la alfabetización, la urbanización, la existencia de medios de comunicación, etc., lo que permite la moderación de los conflictos sociales, que se alcancen compromisos entre las élites y se complejicen las sociedades. 

En España, los Planes de Desarrollo Económico condujeron a la urbanización y la alfabetización de la población, lo que hizo más fácil el proceso de transición. Las consecuencias del desarrollo facilitan las transiciones. 

Referente social: los teóricos del pluralismo afirman que en las sociedades articuladas por grupos de presión es más difícil un control autoritario. También desde una perspectiva marxista se afirma que es más fácil una transición [revolución burguesa] donde existe una burguesía autóctona. Por ello, sería muy difícil la construcción de democracias en el Tercer Mundo (BARRINGTON MOORE). 

Se puede establecer una relación a tres bandas entre modelo político, y factores sociales y económicos: la democracia está vinculada a los sistemas económicos capitalistas (aunque a través de una relación unidireccional: la existencia de un sistema capitalista no conlleva automáticamente que su soporte político sea una democracia, como ya hemos visto). Esto es a causa de que la economía de mercado impulsa el desarrollo de una élites económicas a las que es muy difícil limitar y controlar desde el poder del Estado. La economía de mercado favorece la dispersión del poder, incluyendo también el desarrollo de organizaciones sindicales, que pueden llevar a formas autónomas de presión social, favorecedoras de transiciones. 

Referente cultural: incluye los valores, creencias, símbolos, etc., que imperan en una sociedad. Los valores más importantes son los religiosos: el protestantismo ha Estado siempre vinculado a la democracia; el catolicismo, sin embargo, mostró una oposición inicial a la misma, lo que ha dado lugar al retardamiento de su establecimiento en algunos países con esta confesión. Otras religiones mayoritarias en algunos estados se siguen oponiendo al establecimiento de regímenes democráticos (Islam). 

Cuanto más determinista es una religión, más rechazo expresa hacia la democracia; así ocurre, por ejemplo, con el confucianismo y el islamismo, cuya doctrina confunde poder político y poder religioso. 

También son importantes los valores relacionados con la sumisión al principio de jerarquía y con la deferencia a la autoridad, que se suelen contraponer con otros como la confianza, la tolerancia de la diversidad, la valoración del compromiso, etc., más extendidos en sociedades democráticas. 

Factor externo: se refiere a la influencia de los países occidentales en el mundo, que extienden así sus modelos políticos democráticos. El mejor ejemplo es el de la dominación británica de la India en el siglo XIX, que ha dejado el poso de un régimen democrático [¿?]. Tras la Segunda Guerra Mundial, se puede apreciar una gran influencia de los EE.UU. en la democratización de Europa, lo que es observable en los actuales sistemas políticos europeos [y en su adhesión al imperio]. 





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